miércoles, 24 de abril de 2013

Quiero volver a ser yo, quiero olvidar este desahucio que le he hecho a mi propia alma, a mis ganas, a mi fuerza. Hacerla volver de su exilio, que vuelva a lucir sus alas, sus ganas, su fuerza. Quiero gritar, quiero huír sin huír, tan sólo ir hacia adelante hacia un lugar distinto, hacia un futuro distinto. Volver a hacer lo que solía y hacerlo de un modo totalmente distinto, volver a reír por reír. Volver a sentir... sí, quizá sea, eso, quizá quiero volver a sentir como sentía, volver a sentir que me gustan las cosas, que disfruto con ellas y no es sólo una rutina que ha degenerado en una expresión mínima y malsana.
Quiero ser yo.

viernes, 27 de enero de 2012

Monotonía

Me arrullo entre la monotonía, haciendo tender todo a cero. Reduciendo al mínimo eso que se suele llamar actividad, dando pie a que la pereza vaya consumiendo todo: horarios, ganas, hobbies, conocimientos y hasta amistades...
Estoy cansado de estar cansado.
Quiero, quién lo diría, un poco de orden.
Quiero, en definitiva, una meta.

domingo, 15 de agosto de 2010

De males conocidos

Al contrario que hace un mes, quiero sobriedad. Que se calme el revuelo en mi estómago, el zumbido en mi cabeza, y el resto de estigmas que luce un bebedor en domingo. Estaría bien que se aclarasen esas, en ocasiones deliciosas, lagunas, que enturbian los ya de por sí turbios recuerdos de mis noches.

Sé que es un deseo vano, la mañana me volverá a encontrar borracho.

jueves, 15 de julio de 2010

Alcohol

Vodka, puto vodka. O un whiskazo, una copa de ron... incluso una absenta que me haga estremecer. También aceptaría, a regañadientes, una buena cerveza. No me quejaría demasiado si lo ofrecido fuera ginebra decente, y algunos cócteles que están bastante bien, pero quiero un cacharro, cubata, copa o puñetero vaso con licor y refresco. A veces, demasiadas, es una putada estar en casa de mis padres.

Inspiración, ven sobria.

miércoles, 14 de julio de 2010

Una mano

Quiero sólo eso, encontrar una mano. Una mano que me acaricie, que me consuele y me enternezca. Una mano que acariciar, que estrujar, que sentir. Una mano que siempre esté ahí cuando, en días como hoy, me desvele. Una mano que recorra de arriba a abajo mi roja cresta, destrozando cada fibra de mi cuerpo en sensaciones. Quiero una mano con la que bailar a la luz de la luna. Una mano que me lleve lejos de aquí, que se deje arrastrar a donde yazcan nuestros sueños. Una mano que me descubra todos mis lunares.

¿Estás tú detrás de esa mano?

domingo, 21 de marzo de 2010

AK-47

Quiero un Kalashnikov. Factura rusa, hijo de un homónimo de Bakunin en primer grado. Quiero salir al mundo a pegar tiros, y sólo parar cuando no queden más balas, no queden menos personas o no quede sangre en mis venas para seguir haciéndolo.

domingo, 7 de febrero de 2010

Detente

Quiero que se pare el tiempo. Exclamar, como Fausto había de hacer, "Oh, detente instante ¡eres tan bello!". No porque se trate de un momento excelso lleno de matices. Tampoco sea acaso porque se trate de algo único, irrepetible. Es domingo, para qué nos vamos a engañar. Siquiera porque me resulte especialmente placentero, carnalmente hablando. Podría haber escogido otros muchos instantes llenos de un preciosismo exacerbado, recogidos en la memoria de los múltiples viajes. Acaso podría, y probablemente de haber tenido una conciencia como la que en este momento gasto lo habría hecho, haber deseado quedarme sumergido en unos de esos mares llenos de vodka, cerveza, whisky, colores bonitos y baratos, tonos brillantes, expresiones estúpidas llenas de un profundo significado y risas embotelladas en un sinfín de corchos que intentan en vano flotar en el mar de la mente.
Se trata de algo quizá menos especial, pero mucho más raro, es la paz. El sentir que en este momento no hay nada alejándose de un curso aceptable. El sentir que unos minutos más no van a cambiar nada para mal.
En definitiva, saber que mañana no tengo clase ni se me exije nada.